El Fin de la Esclavitud en el Norte de los Estados Unidos de América

El último cuarto del siglo XVIII sería testigo de la transformación de las colonias británicas del norte de América en sociedades independientes donde los valores liberales introducidos por la Ilustración y la era industrial chocaban frontalmente con la tan extendida práctica de la esclavitud que ya por entonces tenía sus días contados.

La esclavitud fue introducida en las trece colonias del norte de los actuales Estados Unidos por los primeros colonos llegados desde Europa a mediados de 1660 y ya hacia finales del siglo XVII, la servidumbre humana involuntaria era una práctica tan extendida en esos territorios que básicamente cualquier hombre blanco poseía esclavos.

Sin embargo, hacia mediados del siglo XVIII la esclavitud en las colonias del norte de Estados Unidos estaba condenada a la extinción. Por entonces las primeras voces en contra de esta peculiar institución, así como en contra del tráfico de esclavos, comenzaban a sonar con intensidad en esos territorios.

La Guerra de Independencia de Estados Unidos (1775-1783) supuso el golpe de gracia a la esclavitud extendiendo los sentimientos abolicionistas y las ideas sobre derechos humanos y la libertad de las personas aportadas por la Ilustración.

 La Guerra de Independencia de Estados Unidos

En vísperas de la Guerra contra Gran Bretaña la esclavitud en los estados del norte aún era una institución ampliamente aceptada. La Guerra trasladó por primera vez la cuestión al terreno social haciendo que la población comenzara a cuestionarse su moralidad. A esto se le unió el miedo a una posible revuelta de los esclavos que corría como la pólvora entre la población blanca de las colonias, provocando que parte de sus habitantes viera la esclavitud como una amenaza para la paz y la estabilidad social.

La Guerra también trajo consigo ideas típicas de la época de la Ilustración, como la tolerancia y la justicia, que se extendieron rápidamente por las colonias. Pronto, la inconsistencia entre esos valores tan defendidos por la Ilustración y la existencia de una sociedad ligada a la esclavitud resultó demasiado obvia e incómoda.

Las ideas de la Ilustración llegadas a Estados Unidos desde Europa eran el fiel reflejo del criticismo contra la servidumbre humana y, junto con el aumento de inmigrantes europeos hostiles a esta costumbre en América, ayudaron a que los movimientos abolicionistas crecieran rápidamente. Consecuentemente, y a medida que la opinión pública del norte tomaba consciencia de que la esclavitud suponía uno de los grandes males de su sociedad, el número de liberaciones de esclavos aumentaba.

En los últimos años del siglo XIII, las ideas abolicionistas ya estaban presentes en todos los sectores y capas sociales llegando a colarse en la agenda política del Congreso Continental, representante de las colonias hostiles a Inglaterra. A la misma vez, en 1775 el pro-británico Gobernador de Virginia, Lord Dunmore, anunció la liberación de todos aquellos esclavos que estuvieran dispuestos a unirse a la lucha con la Marina Real Británica. Ansiosos de libertad, miles de esclavos cruzaron las líneas reforzando ostensiblemente las fuerzas de Su Majestad. Conscientes de este hecho, en menos de un año el Congreso Continental se vio forzado a permitir el alistamiento de los esclavos con la promesa de ser liberados una vez finalizado el conflicto.

El Factor Económico y los Efectos de la Industrialización en Estados Unidos

El elemento económico contribuyó a avivar el abolicionismo en el norte de los ya Estados Unidos. La población que no poseía esclavos veía la servidumbre humana involuntaria como una amenaza a sus intereses financieros, ya que, la mano de obra salarial resultaba mucho más cara que la mano de obra proporcionada por los esclavos.

Por otro lado, la esclavitud no era indispensable para la economía del norte de Estados Unidos cada vez más basada en la industria. El boom de la industrialización, a partir de la primera década del siglo XIX, facilitó que se llevaran a cabo numerosos proyectos de construcción de carreteras, vías ferroviarias, canales y obras de infraestructuras a la misma vez que servía de caldo de cultivo a ideas capitalistas que defendían la existencia de mano de obra libre y remunerada.

Tras de la Guerra de Independencia, las cruzadas abolicionistas, los grupos de Afro-Americanos (libres y esclavos) y diferentes figuras religiosas y grupos humanitarios  (como los Cuákeros) lideraban la lucha por la libertad de las personas mientras mantenían vivos el espíritu anti-esclavitud y los valores de los Derechos del Hombre tan presentes durante el conflicto. A esto se sumaban las ideas de libre mercado y mano de obra remunerada que traía consigo la era de la industrialización recientemente introducida en América y el convencimiento por parte de la población blanca de que la integración racial era posible como así lo hacía creer la aceptación del estilo de vida americano entre los esclavos liberados.

En pocos años la lucha social de los movimientos abolicionistas y las ideas liberales introducidas en Estados Unidos por la Ilustración y la industrialización dieron sus frutos. Gradualmente los ya independientes estados del norte de Estados Unidos introdujeron leyes que protegían la libertad de los seres humanos hasta que en 1846 New Jersey se convertía en el último estado del norte en erradicar la esclavitud.

Mientras, en el sur las plantaciones de esclavos vivían aún en su esplendor y las diferencias entre las antiguas colonias que se sumaron a la era industrial y las que parecían vivir ancladas en el pasado se hacían cada vez más insalvables. Finalmente, la esclavitud sería motivo de discordia entre las dos franjas en las que parecía haberse dividido el país convirtiéndose a la larga en el principal motivo que, en 1861, llevaría a ambos lados a enfrentarse en la Guerra de Secesión Americana.

 

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